La tecnología LED, el sistema de fibra óptica, los focos resistentes e impermeables, los modelos flotantes, las lámparas solares, y una variada gama de dispositivos para colocar alrededor de su piscina son algunas de las propuestas para personalizar su piscina.
Con la llegada del buen tiempo, las jornadas se alargan y apetece pasar las veladas a cielo abierto. Si quieres crear ambientes nocturnos acogedores, no debes olvidarte de la piscina, el área más emblemática de tu jardín por su vinculación con el agua. Puedes lograr atmósferas diversas según la opción que escojas para iluminarla. Los clásicos focos resistentes e impermeables empotrados en el suelo que bordea la piscina aportarán a este espacio un toque sencillo, mientras que la tecnología LED o la fibra óptica le darán un aire más sofisticado y extravagante.
Los proyectores LED disponen de diversos sistemas de funcionamiento, con colores fijos y secuencias de colores distintos, aplicables con un pulsador conectado al receptor o con un mando programable. Con el sistema de fibra óptica, por su parte, se ilumina la piscina a lo largo de todo su perímetro, por medio de un conducto de fibra óptica que incluye desde 25 fibras hasta 600 o más (grandes proyectos) que van conectadas a un generador. Este, que debe instalarse lo más cerca posible de la piscina, cuenta con un dispositivo que permite activar las funciones de apagado y encendido, la elección del color, el cambio de color secuencial, etc.
Propuestas interesantes son también los modelos flotantes y las lámparas solares. Algunas piezas incluyen ambas especificaciones, como el caso de los globos flotantes solares, un capricho decorativo que incorpora un panel fotovoltaico y que permite su funcionamiento con energía solar.
El mismo sistema que emplean balizas, lámparas y otros dispositivos de exterior que pueden colocarse alrededor de la piscina, creando un recorrido luminoso que se alimenta de energía solar durante el día para emitir una suave luz de forma automática cuando anochece. Este tipo de lámparas garantizan de ocho a catorce horas de luz cuando están completamente cargadas.
Dentro de los modelos flotantes destacan las antorchas, que no consumen energía eléctrica, y cuyo funcionamiento se basa en el que se usaba para las lámparas de aceite de antaño. Otra propuesta es una original pieza sumergible realizada en polietileno rotomoldeado, que alberga en su interior una batería recargable para seis horas de uso continuado, desconectable por el dia.